ACEPTA EL DESAFÍO
También puedes practicar con el trivial de Matemáticas El desafío de primaria , en la estupenda página de USA EL COCO.
Juego del quince
4 – Cada rana con su seta ( Fuente: http://nosolojuegos.blogspot.com/:
1 – ANÉCDOTAS
1.1 Cuando Arquímedes gritó Eureka
1.2 Gauss, un niño prodigio
1.3 Dame un punto de apoyo y moveré el mundo
1.4La curiosa anécdota de Newton y la manzana
1.5 Newton, otra anécdota curiosa
1.6 Ojo con los números
1.7 Fleming
1.8La belleza, según Leonardo
1.9¿Quién es usted?
1.10Thales de Mileto
1.11Los errores de Edison
1.12 Albert Einstein
Juego del quince
- Los caníbales ( Fuente: http://nosolojuegos.blogspot.com)
4 – Cada rana con su seta ( Fuente: http://nosolojuegos.blogspot.com/:
5 – La Torre de Hanoi
Podéis elegir el número de bloques con los que queráis jugar. Cuantos más bloques, más difícil.
Fuente: http://www.acertijos.net/:
6 – Las ranas, los caníbales, un puente…- Inspector Atúnez
- Jeroglificos 1
- Lío familiar
- Velas y cera
- Un notario muy tramposo
- Relojes de arena
- Un problema de mucho peso
- El euro evaporado
- ¡Qué monada!
- Más jeroglíficos 2
- Otra de jeroglíficos 3
- El lío de las jarras
- Pobre Mustafá ( más líos de jarras)
- ¡Qué cortes!
- vida dura la del caracol
- jeroglíficos 4
- jeroglíficos 5
- jeroglíficos 6
- nombres de compañeros de clase
- Jeroglíficos de Maider
- pruebas de lógica: ranas, caníbales…
LECTURAS MATEMÁTICAS
1.1 Cuando Arquímedes gritó Eureka
1.2 Gauss, un niño prodigio
El
hecho es que esta historia tiene que ver con alguien que pensó
diferente. Y en el camino, resolvió un problema en forma impensada (para
el docente). La historia se sitúa alrededor de 1784, en Brunswick,
Alemania.
Una
maestra de segundo grado de la escuela primaria (de nombre Buttner,
aunque los datos afirman que estaba acompañada por un asistente, Martin
Hartéis también) estaba cansada del “lío” que hacían los chicos, y para
tenerlos quietos un poco, les dio el siguiente problema: “calculen la
suma de los primeros cien números”. La idea era tenerlos callados
durante un rato. El hecho es que un niño levantó la mano casi
inmediatamente, sin siquiera darle tiempo a la maestra para que
terminara de acomodarse en su silla.
-¿Sí? -preguntó la maestra mirando al niño.
-Ya está, señorita -respondió el pequeño-. El resultado es 5.050.
La
maestra no podía creer lo que había escuchado, no porque la respuesta
fuera falsa, que no lo era, sino porque estaba desconcertada ante la
rapidez.
-¿Ya lo habías hecho antes? -preguntó.
-No, lo acabo de hacer.
Mientras
tanto, los otros niños recién habían llegado a escribir en el papel los
primeros dígitos, y no entendían el intercambio entre su compañero y la
maestra.
-Vení y contanos a todos cómo lo hiciste.
El
jovencito, se levantó de su asiento y sin llevar siquiera el papel que
tenía adelante se acercó humildemente hasta el piza rrón y comenzó a
escribir los números:
1+2 + 3 + 4 + 5 +… + 96 + 97+ 98 + 99 + 100
-Bien -siguió el jovencito-. Lo que hice fue sumar el primero y el último número (o sea, el 1 y el 100). Esa suma da 101.
-Después, seguí con el segundo y el penúltimo (el 2 y el 99). Esta suma vuelve a dar 101.
-Luego, separé el tercero y el antepenúltimo (el 3 y el 98). Sumando estos dos, vuelve a dar 101.
-De esta
forma, “apareando” los números así y sumándolos, se tienen 50 pares de
números cuya suma da 101. Luego, 50 veces 101 resulta en el número 5.050
que es lo que usted quería.
La anécdota termina aquí.
El
jovencito se llamaba Carl Frie-drich Gauss. (Ver Biografías) Gauss es
considerado el “príncipe de la matemática” y fue uno de los mejores (si
no el mejor) de la historia.
Tomado de: “matemática… ¿estás ahí? Tomo I” de Adrián Paenza1.3 Dame un punto de apoyo y moveré el mundo
1.4La curiosa anécdota de Newton y la manzana
1.5 Newton, otra anécdota curiosa
1.6 Ojo con los números
1.7 Fleming
1.8La belleza, según Leonardo
1.9¿Quién es usted?
1.10Thales de Mileto
1.11Los errores de Edison
1.12 Albert Einstein
Se cuenta que en una reunión
social Einstein coincidió con el actor Charles Chaplin. En el transcurso
de la conversación, Einstein le dijo a Chaplin: “Lo que he admirado
siempre de usted es que su arte es universal; todo el mundo le comprende
y le admira”. A lo que Chaplin respondió: “Lo suyo es mucho más digno
de respeto: todo el mundo lo admira y prácticamente nadie lo comprende”
Se
cuenta que en los años 20 cuando Albert Einstein empezaba a ser
conocido por su teoría de la relatividad, era con frecuencia solicitado
por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba
conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus
desplazamientos, contrató los servicios de un chófer.
Después de varios días de viaje, Einstein le comentó al chófer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
“Si quiere”, le dijo el chófer, “le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.”
Einstein le tomó la palabra y antes de llegar al siguiente lugar, intercambiaron sus ropas y Einstein se puso al volante. Llegaron a la sala donde se iba a celebran la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein, no se descubrió el engaño.
El chófer expuso la conferencia que había oído a repetir tantas veces a Einstein. Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El chofer no tenía ni idea de cual podía ser la respuesta, sin embargo tuvo un golpe de inspiración y le contesto:
“La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chófer, que se encuentra al final de la sala, se la responda“.
Después de varios días de viaje, Einstein le comentó al chófer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
“Si quiere”, le dijo el chófer, “le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.”
Einstein le tomó la palabra y antes de llegar al siguiente lugar, intercambiaron sus ropas y Einstein se puso al volante. Llegaron a la sala donde se iba a celebran la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein, no se descubrió el engaño.
El chófer expuso la conferencia que había oído a repetir tantas veces a Einstein. Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El chofer no tenía ni idea de cual podía ser la respuesta, sin embargo tuvo un golpe de inspiración y le contesto:
“La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chófer, que se encuentra al final de la sala, se la responda“.
Fuente: La coctelera
Einstein nació con una cabeza tan grande que su madre pensó que había
alumbrado un bebé deforme. Temores infundados, ya que, al
desarrollarse, la cabeza del niño adquirió un volumen normal. En cambio,
varios biógrafos creen que el científico sufrió alguna especie de
autismo, ya que no habló con fluidez hasta los cinco años. El
historiador Otto Neugenbauer cuenta que su pasión por la ciencia se
despertó a los seis años, cuando estaba convaleciente de una enfermedad.
Su padre le regaló una brújula y el chico, fascinado al ver cómo la
aguja siempre señalaba al mismo punto por mucho que la moviera, no paró
hasta comprender su funcionamiento.
( Fuente: http://www.quo.es)
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